1 de mayo de 2017
Pese a ser un pueblo en el que estuvimos solo de paso, L'Escala me
conquistó. Es uno de esos lugares en los que me quedaría a vivir (bueno,
mis palabras exactas fueron: «Cuando me jubile, me vengo a vivir
aquí»). No pasamos demasiado tiempo allí, pero con el corto paseo que
dimos para ir y venir de las ruinas de Empúries disfrutamos de un lugar
de lo más agradable, con rincones preciosos que no te esperas, con ese
agua de un azul tan intenso característico de la Costa Brava. Os podría
decir mil cosas más, pero en este caso es mejor que lo veáis con
vuestros propios ojos. ¿No es genial terminar una escapada en un sitio así? :)
SIGUIENTE DESTINO:
¡¡CROACIA!!
[PRÓXIMAMENTE...]
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