BESALÚ. Día 1. Explorando el pueblo a nuestro aire.

4 de octubre de 2014

A las 9:30 h salía nuestro autobús desde Barcelona, y como aún teníamos que comprar los billetes llegamos con unos 20 minutos de antelación. Para adquirirlos no tuvimos ningún problema, ya nos habían informado días antes de que no podíamos comprarlos por internet y de que teníamos que comprarlos antes de la salida. El viaje transcurrió muy tranquilo, y alrededor de 1h40 después llegamos a Besalú :) Ya desde el autobús el pueblo nos pareció precioso, y no dejamos de reafirmar nuestra opinión en todo el fin de semana.

Lo primero que hicimos fue ir al hotel a dejar las mochilas, y como la habitación todavía no estaba lista nos fuimos a dar una primera vuelta por el pueblo. Era un fin de semana de relax, así que sin mapa y sin saber hacia adónde íbamos comenzamos a callejear, que es lo que os recomiendo que hagáis si visitáis el pueblo. De esta manera iréis descubriendo poco a poco los pequeños rincones y los encantos de esta vila medieval.

Nuestra primera parada fue el Prat de Sant Pere, una de las plazas principales. Este estaba anexionado al Monasterio de Sant Pere, el cual fue fundado en el siglo X y en el que vivían unos 15 monjes. Actualmente el templo todavía se conserva y se utiliza, aunque a lo largo de los siglos XVIII y XIX se perdieron el claustro gótico, el palacio del abad y las demás dependencias. Tanto el Monasterio de Sant Pere como el Prat de Sant Pere, el cual antiguamente era un cementerio, estaban situados fuera del recinto amurallado. Casualmente aquel fin de semana tuvo lugar la Feria del Libro y había mucho ambiente en la plaza, pero lo cierto es que no se debía solo a los visitantes de la feria, sino que además había multitud de turistas franceses y del resto de España. Como pudimos comprobar, Besalú es una localidad muy visitada en cualquier época del año.

Muy cerca de allí encontramos el Antiguo Hospital de Sant Julià, fundado en el siglo XII por el Monestir de Sant Pere, que tenía la jurisdicción exclusiva, para acoger a los pobres del pueblo y a los peregrinos. Es de estilo románico y actualmente solo se conserva la fachada, una de las más bonitas de la zona.

Seguimos recorriedo el pueblo, en dirección a la orilla del río Fluvià, y qué rincones tan bonitos nos encontramos por el camino: las calles que se adentraban en el call jueu (la judería), la muralla del Portalet, los huertos...

Sin saber cómo, encontramos un mirador desde el que se veía perfectamente el puente románico, símbolo por antonomasia de Besalú. Si Google Maps no nos falla, estas magníficas vistas son desde la plaza Comte Bisbe Miró.

¡Y se nos hizo la hora de comer! En el Prat de Sant Pere había varios bares y restaurantes y acabamos eligiendo uno llamado L'Arcada, donde tenían un menú del día con muy buena pinta y a muy buen precio. Totalmente recomendable ;)

Poco más os podemos contar de aquel día. Como ya hemos comentado nos dedicamos básicamente a callejear y no fue hasta el día siguiente en que hicimos una visita más exhaustiva. En la próxima entrada vendrá toda la chicha, prometido ;)

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Día 2. Visita guiada