BÉLGICA. Introducción.



En mayo de 2013, Javi y yo hablamos de la posibilidad de irnos un fin de semana largo a Bélgica en verano. Él tenía muchas ganas de ver Brujas y, a pesar de que iba a ser mi tercer viaje al país de los Pitufos, yo no tuve nada que objetar porque es un país que me encanta :P Como en aquel momento ambos teníamos un trabajo «bastante flexible», conseguimos juntar cuatro días libres y enseguida cogimos los billetes para pasar unos días recorriendo Bélgica.


TRANSPORTE

Para llegar a Bruselas, volamos con Ryanair desde Barcelona hasta el aeropuerto de Charleroi y desde allí cogimos un tren para llegar a la capital. Los billetes nos costaron 61,98 euros i/v a cada uno sin equipaje facturado y los compramos con unos dos meses de antelación.

Para movernos por el país utilizamos el tren, por lo que nos salía a cuenta adquirir el Go Pass 10, un bono de 10 billetes que te permite moverte por toda Bélgica. Lo compramos en la estación de tren de Charleroi y, al ser menores de 26 años, nos costó solamente 50 euros. Además de su precio tan económico, otros aspectos positivos son que no es un título unipersonal (pueden compartirlo hasta diez personas) y no caduca hasta un año después de su compra.

ALOJAMIENTO

3 noches en el NH Stephanie **** con desayuno incluido. Precio total de la estancia: 144 €.
El hotel estaba justo al lado de la Avenue Louise (una de las calles principales de la ciudad, en el barrio de Ixelles), y podíamos ir caminando a casi todas partes. Además, la cama era enorme y comodísima, el baño y la habitación estaban limpísimos y el desayuno bufé era muy completo. ¡Y todo por poco más de 24 € persona/noche! Un pedazo de habitación y un pedazo de precio con desayuno incluido para ser un tres estrellas en una zona de la ciudad próxima a los lugares de interés y muy bien comunicada.


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