ZARAGOZA. Día 1 (I). El Parque Natural del Monasterio de Piedra.


26 de abril de 2014

A las 6:50 h ya estábamos en pie. Íbamos a dedicarle todo el día al Monasterio de Piedra, y al no disponer de coche e ir con transporte público teníamos que adaptarnos a los horarios: solo salía un autocar de ida a las 9:00 h y un autocar de vuelta a las 17:00 h, por lo que no podíamos perder ninguno de los dos.




Tras tomar un desayuno fuertecito para enfrentarnos al pedazo de día que nos esperaba, dejamos el hotel a las 7:50 h. Teníamos que estar con media hora de antelación en la estación para recoger los billetes que habíamos reservado unos días antes con la compañía, pero llegamos con solamente 15 minutos de margen y venga a sufrir por el camino porque el autobús tardó bastante en pasar y parecía que no íbamos a llegar a tiempo. Ya habíamos perdido la reserva, y siendo la hora que era pensábamos que no íbamos a poder comprar los billetes, pero por suerte no tuvimos ningún problema y a las 9:00 h salió nuestro autocar bien puntual. Además, aún quedaban bastantes asientos libres... Tanto sufrir para nada.

El precio de los billetes fue de 22 € i/v y el trayecto hasta el Monasterio de Piedra es de 2 horas y media. Se encuentra a 121 km de Zaragoza, pero hace una parada en Calatayud para que los viajeros que continúan cambien a un autocar más pequeño, ya que las carreteras que llevan hasta el Monasterio de Piedra se van haciendo cada vez más estrechas.


Tardamos una hora en llegar a Calatayud y media hora más tarde cogimos el segundo autocar. Justo entonces se puso a llover U_U Habíamos ido todo el camino con un cielo bastante gris, pero al menos la lluvia nos había respetado.

A las 11:15 h llegamos al Monasterio de Piedra. Compramos la entrada de adulto (15 € cada uno), que incluía la visita al Parque Natural y al monasterio, y decidimos iniciar la visita por el parque, que era lo que más nos interesaba. A las 11:30 h y a las 13:00 h había una exhibición de aves rapaces, así que como estaba a punto de comenzar decidimos esperar para no tener que ir deprisa y corriendo más tarde y poder hacer la visita despreocupadamente, sin estar pendientes de la hora. La exhibición duró media hora y fue muy interesante. Nos explicaron cosas sobre las águilas, los halcones, los búhos y las aves carroñeras y nos hicieron demostraciones de vuelo con todos ellos. Al principio el cielo estaba gris y seguía chispeando, pero al finalizar la exhibición salió el sol y se mantuvo el buen tiempo hasta que nos fuimos :)


Acto seguido iniciamos el recorrido por el parque. Al comprar las entradas nos dieron un mapa, pero está todo tan bien señalizado que fuimos siguiendo las flechas y fijándonos en los carteles que indicaban en qué lugar nos encontrábamos.

Pero ¿qué es el Monasterio de Piedra y por qué tanto interés en visitarlo? Pues se trata de un parque natural formado por numerosas cascadas, lagos y grutas que se fueron creando y modelando gracias al río Piedra. Es un escenario de la naturaleza que te deja con la boca abierta y que merece la pena ver al menos una vez en la vida. Visitarlo es algo 100% recomendable si se está por la zona. Todo era precioso, pero lo que más nos gustó fue el Baño de Diana, la Cascada la Caprichosa, la Gruta Iris y la Cola de Caballo. Quizá el Baño de Diana nos gustó porque es la primera «cascada» que encuentras en el parque al seguir el itinerario, pero la verdad es que el conjunto nos pareció precioso: el sol, el agua, el verde de la vegetación, el cielo tan azul...


La Cascada la Caprichosa y la Cola de Caballo nos parecieron espectaculares, y la Gruta Iris... algo totalmente inesperado. Por cierto, un consejo: un paraguas o un chubasquero no vienen mal, ya que te alcanzan las salpicaduras.


Por muchas fotos que veáis del parque natural del Monasterio de Piedra, os aseguro que no hay ni punto de comparación con la realidad. Vimos algunas antes de visitarlo, pero cuando lo vimos en vivo y en directo nos quedamos asombrados. Os dejamos algunas fotos más de la mañana que pasamos allí para que os hagáis una idea, pero lo mejor es que vayáis y juzguéis por vosotros mismos :)


Finalizamos la visita al parque a las 14:00 h, así que fuimos directos a comer. Elegimos uno de los dos restaurantes del parque: el restaurante Piedra Vieja. Servían tapas, bocadillos, platos..., pero nosotros nos decantamos por el menú del día. Comimos GENIAL. De primero pedimos migas con huevo y uva y pimientos de piquillo rellenos, y de segundo, trucha del río Piedra con longaniza de Aragón y verduras —más de la zona imposible— y filete de pierna de cordero a la plancha. De postre, pudin caso y natillas monjiles. El menú nos costó 13,75 € a cada uno, pero disfrutamos un montón de la comida y lo incluía todo. Un consejo: al comprar la entrada al Monasterio de Piedra por internet te hacen un descuento del 10% sobre el precio. ¡Y atención! Si se sale del parque para comer en uno de los restaurantes ya no se puede volver a entrar. Después de comer nos dirigimos al Monasterio de Piedra, que no es que nos interesara excesivamente, pero como con la entrada combinada también teníamos el acceso incluido bien valía la pena darle una oportunidad.

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